sábado, 19 de noviembre de 2011

Un festival de psicopatía



Mientras duermes es la última película de Jaume Blagueró, que ha optado una vez más por la clave en suspense esta vez de la mano de Luis Tosar y Marta Etura, los protagonistas de esta historia.

Para ubicarles un poco en la trama de este film, decirles que César (Luis Tosar) es un portero de edificios que como fruto de su mente enferma, disfruta viendo sufrir a los demás; en su posición laboral observa cada uno de los movimientos de la comunidad de vecinos, conociendo cada uno de sus secretos, defectos y manías. El problema se magnifica cuando Clara (Marta Etura), no deja de sonreír a cada día que pasa, y eso para él tiene que cambiar.

Con movimientos y planos de cámara perfectos, una música muy acertada y un Luis Tosar brillante, hace que no podamos hablar mal de este film. Muchos la definirían como una película falta de actividad, lenta en su desarrollo, sin embargo, ahí es justo donde reside su punto fuerte: esa tensión contenida, esa pesadumbre en las escenas que le hace a uno sufrir en su butaca cada segundo que pasa son sólo merecedoras de halagos por mi parte. Sin duda una buena combinación que mezcla el más puro suspense que invita a planos pasillo y música tenebrosa del todo convencionales, con las escenas más asquerosamente curiosas y siempre propiciadas por un Luis Tosar al que no puedo brindar más que buenas palabras. Aporta a su personaje una repugnancia muy sutil, académica, instrumental, milimetrada y propia del más puro psicópata que realiza cada uno de sus movimientos de forma consciente y con una determinación profesional. Tosar, en su línea: brillante, hace que el espectador sienta entre asco y pena hacia un individuo falto de escrúpulos que únicamente tiene como oyente a su madre en una cama de hospital y a la que le brinda estas perlas: "Eso te gustaría. Deshacerte de la mierda que has parido". Sin duda, un festín de psicopatía fantástico.

En definitiva, una muestra de lo que es hacer una buen cine español. Balagueró hace que el sufrimiento, la repugnancia y el odio, lleven pese a todo al espectador a percibir un buen sabor de boca tras el fundido a negro. Cortesía del director: si alguno de ustedes tiene portero, que le eche un ojo de vez en cuando.