Feliz año y bla, bla, bla.
Hacía tiempo que no tocaba este sitio, y es que sólo lo hago cuando verdaderamente me invaden los motivos para hacerlo. El cine es una constante en mi vida, y lo será siempre, por tanto, la primera entrada irá dirigida a hablar sobre una película: "Black Swan". "El cisne negro" (para evitar confusiones), es un film dirigido por Darren Aronofsky (El luchador), y protagonizada por la excelente Natalie Portman; aunque no se ha estrenado en España todavía, esta película arrasó en el festivales como el de Venecia o Toronto recibiendo muy buenas críticas... entre las cuales, modestamente, se encuentra la mía.
(Advierto que pueden haber destripamientos en cuanto al contenido y desenlace de la película)
Es difícil que un amante de la música clásica no se sienta emocionado por este film: Black Swan, relata la historia por la que Nina, una dedicada y entregada bailarina de ballet clásico es recompensada por sus esfuerzos y se le concede el papel principal de uno de los ballets más representados de todos los tiempos: "El lago de los cisnes" de Tchaikovsky. Para poder entrar en detalles sobre el film, el lector debe conocer la trama de esta obra musical que se resume en unas pocas palabras:
Una bella joven es hechizada por un brujo y convertida en cisne; el encantamiento sólo es posible romperlo con una declaración de amor eterno. Un príncipe cae rendido a sus pies, sin embargo, el brujo lo hace preso de un engaño, encomendando al cisne negro que le seduzca haciéndose pasar por la protagonista. El príncipe cae completamente en la trampa y nuestra protagonista, llena de dolor, opta por el suicidio.
A Nina se le encomienda la compleja tarea de representar en la obra tanto al cisne blanco, (la protagonista), como al cisne negro, (el engaño). El cisne blanco es pureza, delicadeza, contención, serenidad, inocencia; todo lo que es Nina. Sin embargo, el cisne negro es libertad, descaro, maldad y seducción; todo lo que la protagonista es incapaz de reflejar en sus perfectas ejecuciones técnicas. Por tanto, tomando como pretexto la historia de los cisnes, este film gira en torno a esa dualidad básica: el bien y el mal. Una idea del todo convencional que Aronofsky consigue convertir en un thriller muy inquietante a la par de bello, si bien acompañado de unos modestos pero sobrecogedores efectos visuales que ponen la piel de gallina (y nunca mejor dicho). También debo destacar muy buen trabajo de confección del vestuario y maquillaje.
Con la sobresaliente interpretación de Natalie Portman, esta dualidad queda claramente presente en el film, dejando ver cómo el cisne negro toma posesión de la vida de la protagonista hasta llevarla a una demencia obsesiva por conseguir representar ambos personajes, por conseguir la perfección, incluso a costa de su propia vida. Da muerte a su cisne blanco para dejar salir al cisne negro... da muerte a su inocencia, y se da muerte a ella misma, tal y como ocurre en la obra clásica, donde el cisne blanco, herida de amor, se entrega al abismo de la muerte. "El único obstáculo para ti, eres tú misma".
Una inquietante preciosidad de película que emociona, sorprende y cautiva, sí, pero también toca esa fibra que haría que muchos dudaran en mirarse al espejo después de sentir un escalofrío... por aquello de la piel de gallina.
Datos que había olvidado: a España llega el 18 de febrero. Natalie Portman aspire al Oscar como mejor actriz principal; el 25 de enero se anuncian los candidatos.
Os dejo con el poster y una de mis partes favoritas de la obra clásica de Tchaikovsky.
Pd: Nuevo año, nuevo diseño.
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